Un intenso revuelo se generó ayer adentro y afuera del Instituto de Menores Julio A. Roca, debido a una pelea entre internos y a la presunta fuga de varios de ellos, que luego habrían sido recapturados.
Dos camiones de Bomberos ingresaron al establecimiento, que recibe a menores en conflicto con la ley, mientras que afuera aguardaban una ambulancia y varios móviles de la Policía. El enorme despliegue policial, en los alrededores del instituto, incluía a uniformados del Grupo CERO y de la Unidad Regional Capital.
Vecinos y allegados a algunos internos se acercaron en cuanto supieron que algo pasaba, tras la caída del sol. Nadie tenía muy en claro qué era lo que había sucedido, pero sus rostros demostraban nerviosismo y preocupación. "Parece que volvieron a quemar los colchones", comentaban algunos. "Hay cinco chicos que se escaparon", afirmaban otros. Las versiones eran varias, pero ninguno de los policías que abrían el inmenso portón negro para entrar o salir del establecimiento confirmaban ni desmentían nada.
"Encerrados"
A través del parabrisas de una combi de la Policía podían observarse a varios jóvenes que estaban encerrados en la parte trasera y cada tanto asomaban sus cabezas. "Son los chicos que se escaparon y que después los agarró la Policía", señalaban algunos curiosos que se jactaban de haber presenciado gran parte del procedimiento. Varios minutos después, un grupo de uniformados subió al vehículo, lo puso en marcha e ingresaron al instituto.
No obstante, la Policía aseguró que no se produjo ninguna fuga. Fuentes de la fuerza afirmaron que se había originado una pelea entre internos, durante la tarde.
Ese enfrentamiento -según dijeron- habría sido aprovechado por otros jóvenes para intentar escapar del establecimiento donde permanecen privados de su libertad por haber violado la ley penal. "Está todo tranquilo, quemaron dos sillas nada más", explicó más tarde un policía que salió del Roca cuando las aguas ya estaban calmadas. El uniformado también negó que se haya producido alguna fuga.
La última vez que se vivió un incidente de esa magnitud fue en marzo de 2012, cuando siete menores del sector de mediana seguridad limaron con una sierra uno de los barrotes, saltaron una tapia y se dieron a la fuga. Los guardias advirtieron esas ausencias recién a la mañana siguiente, mientras realizaban un control de rutina.